Descubrí la pintura de muy pequeña. tuve una maestra increíble que me estimuló y alentó a usar de manera totalmente libre y desinhibida el color. Mis primeros oleos me los compró mi padre a los doce años, y durante la adolescencia y la juventud entre estudios y exámenes, pintaba. En el verano acudía al taller de Carlos Paez Vilaró en casa pueblo donde la magia del paisaje se mezclaba con la musica africana. Con el tiempo y la vida fui postergando la pintura y durante años la olvidé. Hace unos años, surgió nuevamente esa ansía por expresarme a través de los pinceles y el color. Con coraje y la guia de un gran maestro, como lo es Hector Medici, volví a la pintura que para mi es la expresión de mi alma!